“ mi vida no precisa rimar,
ella fue, es, y será desacompasada,
a métrica, destemida, libertaria.
Ella salió al camino al encuentro
no se de que, ni de quien;
se envolvió en una telaraña de destinos,
de luces, sabores deseos; ella busco
los vientos fuertes en el rostro,
la velocidad y ronquidos de los motores,
el caer de la tarde en el rio Tocantins,
las noches junto al Atlántico.
Mi vida ya me dio todo:
el brillos en los ojos apasionados
de una mujer, a lucha
dignificante que da una idea,
los aromas de mi madre,
la mano extendida de un amigo y...
ya me perdonó, porque todo lo perdí.
Porque..., yo la hice fuerte, digna; porque
desde los primeros años la junté al
trabajo; me indigné con la injusticia
realizada contra los humildes y nunca acepté
la negligencia del acomodado.
Mi vida fue es y será siempre feliz porque:
camino por la arena de manos dadas
con la imaginación del bahiano Jorge Amado;
el romanticismo en la poesía de Neruda;
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