martes, 9 de noviembre de 2010


La brisa llegó suave persistente y me llevó…

Aunque quisiera no podría resistirme.

La brisa llegó con su suave y inocente fuerza

y me llevó a fluctuar en su corriente.

Me sentía pesado, cargado por dentro;

me sentía sucio estúpidamente sucio;

me sentía triste, solitario, insoportablemente vil.

La brisa vino sin avisar y con ella me llevó.

Por momentos fluctúo como una pluma

y la ansiedad, sin brújula, me deja sin rumbo.

Se desdibuja en mi lo que fue un gran pasado

y mi imagen en el espejo se vá borrando

Los arrugados dolores escondidos en mi alma

afloran a cada tiempo y siempre están acosando.

Los transfiero, con mi viejo egoísmo, pero no paran;

se agrandan, ahondan, se hacen heridas profundas

y por más que insisto no consigo apagarlas.

La brisa llegó sin avisar e me llevó a la nada.

Lille/2010/ mdeo